Fable II

El juego tiene cosas cutrillas, pero mola ir andando/corriendo por el mapa, que es bastante amplio. Lo recomiendo más como un juego de transición que por su hermosura; va bien para que pase el tiempo que va desde que te pasas un juego alucinante hasta que sale el próximo videojuego flipante. Lo más intersante es el perro que te acompaña y hacer el ganso delante de la gente (a la que puedes editar el nombre), que te aplaude o se disgusta según si eructas o enseñas un trofeo ganado en batalla. Al principio del juego puedes elegir ser niño o niña (aunque al poco eres adulto), ambos bizcos, porque el diseño de los protas hace que un ojo mire a Lisboa y el otro a Murmansk, pero bueno.